domingo, 26 de enero de 2014

Análisis fílmico: Un chien andalou,

Un chien andalou (Un perro andaluz) es un film del director aragonés Luis Buñuel. Es un cortometraje de diecisiete minutos, mudo (no fue hasta la versión de 1960 que se incorporaron los motivos de Tristán e Isolda de Richard Wagner y un tango), escrito, producido, dirigido e interpretado por Luis Buñuel en 1929 con la colaboración en el guión de Salvador Dalí. Es considerada la película más significativa del cine surrealista.
 En Mi último suspiro, Buñuel reivindica la importancia que lo onírico ha tenido en su vida. Incluso, arriesga que el valor concedido a esta experiencia influyó en su vocación por el cine y su acercamiento al surrealismo. En un pasaje comenta:
Un chien andalou (...) nació de la convergencia de uno de mis sueños con un sueño de Dalí. Posteriormente he introducido sueños en mis películas, tratando de evitar el aspecto racional y explicativo que suelen tener. Un día dije a un productor mexicano, a quien la broma no hizo mucha gracia: "Si la película es demasiado corta, meteré un sueño" .
Transgrediendo los esquemas narrativos canónicos, la película remite constantemente al delirio y al sueño, tanto en las imágenes producidas como en el uso de un tiempo no lineal de las secuencias. Por influencia de las teorías de Sigmund Freud, el surrealismo admitía las imágenes e ideas oníricas dentro de sus postulados. Toda la cinta puede definirse como una sucesión de sueños encadenados. El crítico de cine Jenaro Talens (El ojo tachado, Cátedra) señala, no obstante, que Buñuel "no relata un sueño sino que se aprovecha de mecanismos análogos a los del sueño". Así, actúa "sobre los dispositivos, irracionalmente asumidos en terreno de la percepción, del espectador habitual", y "pone en escena la arbitrariedad de una simbología excesivamente fácil e incuestionada". La forma en la que la historia está narrada impide un acercamiento de acuerdo con el modelo del cine clásico, "por su continua ruptura de la lógica de las acciones, de las relaciones entre los segmentos, e incluso por la excentricidad con que los espacios se superponen y se confunden" (p. 51-52).
Posee una de las secuencias más impactantes de todo el cine: la navaja que secciona un ojo de mujer. Para rodar la secuencia en que el ojo de la mujer es sajado por una navaja de afeitar se utilizó el de una vaca a la que se afeitó el pelo de la piel que lo rodea. En varias imágenes se pueden descubrir las obsesiones recurrentes en Buñuel y Dalí. Así ocurre con la crítica a la educación impartida por la Iglesia, la represión sexual, el «carnuzo» o burro en descomposición, la mano con hormigas o el cuerpo femenino.
La escena más conocida, la del ojo cortado, parece proceder de Buñuel, como podría concluirse a partir de su presencia inaugural como actor en su única actuación como protagonista. Se trata de un cegar la mirada convencional para que surja la mirada asomada al interior. El propio Buñuel explica que:
"Para sumergir al espectador en un estado que permitiese la libre asociación de ideas era necesario producirle un choque traumático en el mismo comienzo del filme; por eso lo empezamos con el plano del ojo seccionado, muy eficaz".
(Fuente: wikipedia).

Análisis: http://eoran.com/unchienandalou/espanol/index.php.
Exposición virtual sobre Luis Buñuel.


Cuestiones:
- Destaca las conexiones entre la narrativa fílmica de la película de Buñuel y la narrativa de los sueños.
- ¿Cómo se reflejan en la película mecanismos de elaboración onírica como el desplazamiento, la condensación o la simbolización?

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